Infortunio narra una historia de la Extremadura profunda en una época de verdadera dificultad, cuando los caciques abusaban de las voluntades adormecidas de sus jornaleros agobiados por la necesidad. Bartolo trabaja en Madrid, pero regresa a su pueblo tras cinco años de ausencia porque añora su vida en el campo y le preocupa el bienestar de su vieja abuela, su única familia. A pesar de las ofertas de trabajo de don Raimundo, el mayor cacique de la comarca, Bartolo se esfuerza por mantener su independencia y alejarse de cualquier vínculo con la familia Domínguez, especialmente con el encargado de la finca el Rincón, Isidro, por el que siente un resentimiento especial al responsabilizarlo de la muerte de su padre. Bartolo se ganaba bien la vida con la caza, la pesca y el contrabando del café de Portugal, pero los rencores y las envidias de sus paisanos le causaban inquietud. Además, las falsas acusaciones de Isidro, incitado por Andrés (hijo del cacique) y ayudado por el Furti (furtivo del pueblo) le enfrentaron a la Guardia Civil, donde encontró la inestimable a ayuda de un buen amigo por el que Bartolo arriesgó su vida. Un cúmulo de funestos sucesos desencadenaron unos trágicos acontecimientos que Bartolo nunca deseó.