El presente trabajo intenta explicar y detallar cómo el proceso europeo de escasa cuantía es una herramienta muy útil, necesaria y fundamental para realizar las reclamaciones dinerarias entre los particulares y empresas. De otra manera, no sería tan factible por los inconvenientes que cada sistema procesal, de cualquier estado miembro, impone a un acreedor extranjero para litigar en su territorio.
Es un procedimiento simplificado, ágil y sencillo, dentro del espacio judicial europeo, que permite el cobro de deudas de manera transfronteriza.
El estudio de este instrumento va a ser abordado desde un punto de vista doctrinal así como jurisprudencial. Además, en ciertos aspectos, veremos su relación con otros reglamentos comunitarios, en concreto, con el Reglamento sobre el título ejecutivo europeo y con el Reglamento sobre el proceso monitorio europeo.